El veneno más dulce

 La esencia golpea mi puerta, el tiempo se deja esconder, los tímidos latidos afloran un corazón acústico en cada amanecer, labios que derriten el  silencio, segundos que duran eternas madrugadas bajo tan apacible pupilas. Golpes mudos calman mi sed, enredos en la brisa de la noche bajo tu piel, el veneno más dulce se funde en mi piel, el duelo más apacible se derrite ante mí, un momento, parte de su esencia, y los labios que enmudecen cada vez que intento volverla a ver. Cenizas contra el viento, tus labios rojos anclados en mi piel, rozando el aroma que percibo florecer, tu tacto en mis manos, el temblor vuelve a aparecer, el veneno más dulce se cobija en la sombra de mis versos. Quiero volver, vencer a la soledad, y curarme bajo tus brazos. Teñir tus madrugadas sin tener que enmudecer.