Melodía de verano...

Suenan los besos de verano, se escuchan sus labios mojados, cicatrizan mis caricias, llora el cielo en cada beso robado. Frías sus calles, charcos ya mojados, descalzos nos miramos, rozándonos las manos, desnudas las miradas bailan la última melodía del verano. Duerme el silencio, despierta la tormenta, dejando el momento, parando nuestros labios, acariciando nuestros cuerpos, cubriendo nuestras almas. Déjame besarte, fundirme bajo el agua, juntándonos en esta melodía de verano. Apaga hoy mi voz, deja que hablen mis labios que buscan cobijo después de malas primaveras. Rozamos nuestros besos, reanudamos la tormenta, volcándonos en nuestro de beso de verano.

Cada tormenta tiene su último rayo, cada beso una melodía de verano.

El veneno más dulce

 La esencia golpea mi puerta, el tiempo se deja esconder, los tímidos latidos afloran un corazón acústico en cada amanecer, labios que derriten el  silencio, segundos que duran eternas madrugadas bajo tan apacible pupilas. Golpes mudos calman mi sed, enredos en la brisa de la noche bajo tu piel, el veneno más dulce se funde en mi piel, el duelo más apacible se derrite ante mí, un momento, parte de su esencia, y los labios que enmudecen cada vez que intento volverla a ver. Cenizas contra el viento, tus labios rojos anclados en mi piel, rozando el aroma que percibo florecer, tu tacto en mis manos, el temblor vuelve a aparecer, el veneno más dulce se cobija en la sombra de mis versos. Quiero volver, vencer a la soledad, y curarme bajo tus brazos. Teñir tus madrugadas sin tener que enmudecer.

Ladrón de mi...

Hoy llora el miedo, lloran tus noches, lloran tus labios anhelando el roce de sus dedos. Miedo al miedo, silencio sin la yema de tus dedos por mi alma, todo es silencio en mi. Ladrón de almas, ladrón de mí. Mojadas las aceras tras el paso de mis pies, el agosto más frío a punto de nacer, la sed de tus labios me hace enloquecer, melodía que no dura, ascuas que no queman sin tu amanecer. Donde cae el olvido amanece el anochecer, la noche que se apaga, los labios que se funden en el fuego. Ladrón de mi alma, ladrón de mi sed, esquiva mis pupilas, devuélveme el tiempo, los segundos, mi veneno, no robes más mi alma, déjame ser mi único ladrón, robar mi tiempo, parar el momento y dar cuerda a mi corazón otra vez.  Ladrón que roba el sentimiento, corazón que se pudre, alma que se apaga.

Los nudos del placer

Cae su voz como la nieve fría del viejo abril, cae su melodía, cae mi alma. Me aferro a ti como alma valiente, como aquel intimo recuerdo, desnudos sus ojos tallan su belleza, los nudos entre sus sabanas ruborizados de placer, la sombra de mis dedos jugando a enloquecer. Eterno el segundo que se enmudece entre los dos, rápido el suspiro que cae de mi voz. Espinas de la más bella flor, pétalos del más eterno jardín, tus labios que nunca saben a fin. Hoy falta algo en mí, algo que silencia al alma, algo que cautiva hasta el más viejo corazón, falta un pedacito de ti. Abrazo tu melodía, rozando tu espalda, observando tu aroma, tu pelo y el más intimo lugar. Extraño tu aroma entre mis sabanas, que jugaban a enloquecer.

“Los nudos de aquella noche que llenaron mi corazón de placer”.

Sonrisas de Jazmín...

Se esconde entre tus parpados tímidas pupilas con sabor a lágrimas del más tierno jardín, de esas que se componen del más dulce y admirable jazmín. Anhelando cada nota de tu voz, tallando cada verso para la mirada que se fija en este pobre corazón, aguardo entre mis manos mi sentencia por volver a ver a tan bella flor crecer, disimulando mí silencio, expresando mi querer. Si la soledad trae al miedo con tu amistad no se deja ver, si el tiempo no cura las heridas con tu sonrisa las harán desaparecer. Cada latido, cada querer, el fuego de mi rabia ardiendo por calmar mi sed, enredo mis sentimientos en este febrero tan ocaso, agotando cada silaba, puliendo cada verso. Se esconde en ti el deseo con sabor a miel, la risa de las eternas madrugadas, el toque de tus manos junto con la brisa de tus ojos haciendo del día una forma de aprender.

El refrán dice cuando un amiga se va algo en el alma se descompone, pero lo que no dice el refrán lo dice el poeta, cuando un amiga vuelve el corazón siembra ilusiones, tallando lágrimas  de tantas emociones…

Corazón anonimo, parte 3

Se escurre entre mis parpados tinta de verso, lágrimas con sabor a mar, expectante espero entre tu cielo y mi silencio, calmado y sin prisa por llegar, de virtud se hace mi paciencia, de tus labios mi camino al pasar. Delicada pausa me entretiene ante ti, rozando tu mirar, escuchando tu querer, me pierdo entre tus labios volviéndome loco de placer, abatido bajo el silencio de tu despertar, cargo con mi espera, musitando tus labios he de esperar. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? Solo mi tinta y corazón en verso leerás, segundos me separan del largo marchar, aprendiendo a escuchar sin derramar lágrimas al despertar, tímido susurro anhelo en ti,  añorando tus labios, dulces como el néctar del más apetecible manjar, en mi algo difícil de olvidar, en ti algo grande para amar…
Este corazón anónimo añora la tarde que te vio pasar…

Acaricio tu voz, me pierdo entre tu pelo....

Lentamente me escurriré entre tus manos, abandonare mi miedo para adentrarme en tu corazón, esperare al silencio, como espera el agua al rocío, he añorado tu voz, tu silencio, tu aliento dulce, suave y apacible cada vez que rozabas mi alma, he esperado tanto tiempo para volver a oír tu voz, grite al viento, susurre al olvido, como escribir tales versos, si mi corazón aun se siente perdido. Aun puedo recordar el tacto de tus manos bajando por mi espalda, recuerdo cada instante, el calor de tu alma, el deseo de mi piel cada vez que te tengo a mi lado, añoro esos días tristes y a la vez tan dulces,  donde puedo escribir tales versos, para tan tierna compañía. Nota como el verso roza tus labios, acariciando tu sonrisa, anhelando tu aliento bajo mi voz, ardiendo en mi interior el deseo de tenerte, el deseo de besarte, el roce de tus manos junto con mi piel, y esperando de nuevo el susurro de tu voz….
Y recuerda, siempre habra un pedacito de Toledo y de mi, entre estos versos...

Los versos de Cristina...

Se anhela en mi un silencio, cauto y apacible, como la suave brisa del otoño mas frío, no por bien ni por dolor me estremeceré ante tu causar, falso el corazón que no llega a rendirse ante tu fragancia. Tarde llego ante tu presencia, pero buen poeta no escribe, sino espera a que le guíe el corazón. Como complacer a tan fiel amiga, como alagar a tan bella amistad, amarrado a tu dulzura, apresado ante tu voz, he aguardado noches enteras para poder confiar mi verso a tan acogedora y afable voz. No hay razón, ni verdad, ni tarde porque llegar, solo tú, mi verso, mi  fuego y tus caricias que has de elegir donde enredar. Vulnerable soy ante mi tiempo, débil ante tu voz, no existe pausa en el verso, ni unión entre los dos, solo el calor de mis manos, las noches en vela escribiendo a tan noble corazón. Tiemblan hoy mis pupilas al ver pasar mis letras a centímetros de tu corazón, guardo mi silencio, dándote mi fuerza y valentía para el resto de los días donde mi verso se esconda y solo exista el silencio de mi temor…

Esconderé mi soledad, para escribir a amigas con tan fiel corazón como tú…